El control de enfermedades en la producción de proteína a partir de animales acuáticos es una problemática cuya solución ha estado de la mano del uso de antibióticos y productos químicos que, así como aúnan en el tratamiento y control de los agentes infecciosos, también provocan efectos adversos en el organismo del huésped.
Desde el punto de vista investigativo, se ha logrado un desarrollo relativamente rápido en la determinación de las secuencias y estructuras de las proteínas.
La elección de un correcto desecante y de una herramienta de gestión de la higiene ambiental cuenta con múltiples usos/beneficios para las granjas porcinas.
El microbioma intestinal juega un papel fundamentalmente importante en la salud animal y bienestar de su hospedador. Como tal, el establecimiento inicial y el mantenimiento de un microbioma intestinal benéfico en las primeras etapas de la vida es crucial en los cerdos.
La industria avícola se ha convertido en un pilar imperativo de la renta nacional en muchos países del mundo, y Colombia no es la excepción.
La eficacia de la alimentación con niveles sub-terapéuticos de antibióticos para modular la microbiota intestinal, buscando mejorar el rendimiento productivo de los animales es un tema que queremos dejar en el pasado.
El interés en el Cromo como nutriente esencial no es un evento reciente. Los primeros pasos en esta determinación se dieron a principios de la década de 1960.
Como resultado de la intensa selección genética, actualmente tenemos pollos que son 400% más eficientes que los pollos de hace 60 años (Zuidhof et al., 2014).
El desempeño reproductivo de las cerdas es uno de los factores clave en la rentabilidad de la empresa porcina. Dicho desempeño depende tanto del manejo como de los factores biológicos inherentes a la cerda.
